Los 5 errores más frecuentes a la hora de vestirte

Los 5 errores más frecuentes a la hora de vestirte

Aunque la idea sea siempre vestirnos como queramos, la verdad es que cuando practicamos el arte de arreglarnos para salir, tenemos que evitar a toda costa un faux pas, o en chileno, una metedura de pata.

A la hora de vestirnos, no podemos gustarle a todo el mundo. Esto es un hecho. Así es la belleza de lo subjetivo. Además, hemos pasado mucho tiempo imitando looks ajenos, ya fueran de la realeza o el estilo que imponía gente connotada o las estrellas de Hollywood.

Hoy, en cambio, la moda es más unisex y curvi, y la verdad es que con el tiempo, las denominadas “reglas” o “errores” estarán cada vez más obsoletos.

Sin embargo, existen algunas características innegables que todo buen outfit comparte. De eso se trata este post.

Si te vistes con seguridad, es muy difícil equivocarse.

Antes de entrar de lleno en la materia, queremos darte un consejo que es más importante que cualquier otra cosa: atrévete y rompe las reglas. 

Sí, porque lejos de ser un error, probar varias opciones de outfit antes de elegir el final, así como atreverse a usar algo que nunca hayas usado; te hará sentir que eres capaz de lo que quieras y esto es clave en la búsqueda del estilo propio.

Porque no importa lo que piense el resto. Si el accesorio más extravagante va acompañado de actitud, entonces es muy difícil equivocarse.

1. Calce de la prenda

El calce de una prenda es una de las cosas más importantes -sino lo único- a la hora de elegir ropa. Es incluso el factor decisivo cuando distinguimos un look bueno de uno malo.

La forma en que el calce de algo tan simple como nuestros jeans, hasta alguno de nuestros vestidos favoritos, puede ser clave para verte vestida con algo que “está hecho para ti” o, por el contrario, para que termines usando una prenda que no va contigo para nada o se vea terriblemente anticuada.

Y esto no tiene nada que ver con usar una pieza oversize a propósito. Eso está bien. A lo que nos referimos es a aquello que te queda mal ajustado y no ayuda a verte bien.

2. Accesorios inadecuados

Si bien los complementos terminan de configurar un outfit, también es fácil equivocarse en este ítem, sobre todo, si recargas la ecuación. Al revés, los accesorios pueden llegar a convertirse en el elemento más destacado de tu tenida si los sabes usar bien.

La misión de estos objetos es elevar los looks cuando éstos son muy básicos y necesitamos un poquito de glamour, o bien destacar algunas partes del cuerpo -y disimular otras-. 

Por ejemplo, si usas aros maxi, evidentemente es porque quieres darle atención a tu rostro y esto es algo que también puedes potenciar con un maquillaje que permita destacar tu rostro de la manera más natural posible. 

Así es el arte de vestir. Uno va jugando con los volúmenes y, si exageras en algo, inmediatamente debes disminuir en el resto.

Por esto, en materia de complementos está todo permitido, siempre y cuando todos los elementos del look conversen entre sí y, si va a ser recargado, al menos que esté perfectamente combinado. 

En cambio, si lo tuyo es más minimal, naturalmente, vas a utilizar a lo más dos accesorios en tu outfit, que de seguro terminarán siendo aquello que es más funcional, un lindo par de zapatos y un bolso o cartera.

3. Uso de zapatillas y dedos al descubierto

Aunque para muchas el ítem calzado es el último elemento que se mira en un outfit, para otras se trata de la esencia del look total. Y bueno, en este último caso, el ejercicio es un poco más complejo que tan solo ponerse un zapato acorde a la temporada. 

Así como creemos que las zapatillas son 100% para el día, dentro del contexto de un look casual, la verdad es que éstas pueden ir perfectamente bien con vestidos, siempre y cuando el calzado no compita con la ropa y se logre una buena composición y equilibrio. 

Por otro lado, y siguiendo con el tema de los balances de tu outfit, creemos que para la mayoría de las ocasiones siempre es mejor un zapato cerrado. La idea de los dedos de los pies expuestos como premisa es de un relajo e informalidad sin igual. 

De todos modos, siempre depende de la ocasión en donde decidas hacerlo. Alto verano: piscina y playas, todo bien. Pero si asistes a un evento veraniego muy importante o formal, por ningún motivo. Menos si se trata de tu matrimonio.

4. Exagerar -y no exagerar- los colores y los estampados

Durante los últimos años hemos entrado en una especie de renacimiento en el mundo del color y eso es maravilloso, porque representa aún más la personalidad de todas nosotras.

No obstante, a veces la dopamina exige moderación para alcanzar el máximo impacto. Si se hacen bien, los colores y estampados son súper poderosos, pero si no se logra el objetivo deseado, terminan siendo más bien un mamarracho.

Si estás con ganas de vestirte a todo color, asegúrate de usar tonos de la misma familia, o estampados de una variedad similar. Demasiado se convierte en una exageración.

5. Pasar por el alto el peinado y el maquillaje

A menudo, los ítems pelo y maquillaje se olvidan. Y es que, bueno, a veces resulta una gran inversión de tiempo o, incluso, algunas creen que “no tienen dedos para el piano”, pero la verdad es que esto constituye un 50% de tu outfit.

La clave acá está en hacerse de tips que encajen con tu estilo de vida. Por ejemplo, no te pases con la sombra si vas a salir a comer. 

O, siéntete libre de mezclar todos los colores que quieras, pero mantén el equilibrio cromático, ya sea usando un estampado en blanco y negro, o ambos en la misma gama de tonos.

Soluciones simples para errores frecuentes

1. Vístete según el contexto. Porque, aunque los límites se están difuminando, sigue habiendo una clara diferencia entre cómo vestir para el día y la noche; la ropa de trabajo y la del fin de semana.

2. Invierte en prendas clave y universales: un blazer clásico o una blusa preciosa. O lo que sea que te asegure un closet equipado para todo tipo de ocasiones.

3. Y no te olvides de que tanto el peinado como el maquillaje son un factor muy importante a la hora de construir cualquier look. Algo tan sencillo como añadir un poco de color en los labios o un delineado sutil de ojos, y estás listísima para salir.

Si crees que le falta algún recomendado a este artículo, coméntanos y lo agregamos apenas podamos.

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